PENSAMIENTOS NEGATIVOS

26.03.2024

Los pensamientos intrusivos son ideas o imágenes no deseadas, involuntarias, que llegan de manera espontánea a la mente pueden ser agradables o desagradables.

Estos pensamientos pueden volverse una obsesión, ser angustiantes o molesto, y se puede tener la sensación de que son difíciles de manejar o eliminar.

Quienes los experimentan, temen que puedan cometer los actos que imaginan en su mente o que estos pensamientos signifiquen algo terrible.

Los pensamientos intrusivos no deseados pueden ser muy explícitos y concretos. Muchas personas se sienten incluso avergonzadas y preocupadas por ellos, y por lo tanto los mantienen en secreto.

Las personas que padecen depresión o ansiedad suelen tener este tipo de pensamientos, que son difíciles de relativizar, y que con el tiempo pueden cobrar mayor importancia.

Desde la neurociencia, más del 50% de nuestro pensamiento es espontáneo e independiente del estímulo. La mente errante tiende a soñar despierta, a tener pensamientos intrusivos. Por lo tanto no podemos evitar tener pensamientos espontáneos, no podemos dirigir nuestro cerebro a pensar solo en cosas en las que queremos pensar.

Nuestro cerebro siempre está generando pensamientos espontáneos que son útiles ya que nos ayudan a adaptarnos a nuestro entorno, y son importantes para la creatividad y la resolución de problemas.

Ciertos tipos de intrusiones no deseadas son especialmente angustiantes y están relacionadas con miedos a causar daño a ellos mismos u otros, de hacer algo moralmente repugnante; cometer un delito, o recordar un error o vergüenza del pasado, sobre una amenaza a la seguridad personal, una pérdida personal o un trauma, etc. Realmente cualquier experiencia negativa o amenaza imaginada podría convertirse en un pensamiento intrusivo negativo.

Es más probable tener intrusiones mentales negativas si estamos bajo mucho estrés, animo deprimido, ansiedad, enfadados, si hay culpabilidad, si damos muchas vueltas a las cosas o si estamos muy cansados.

Lo más importante es entender que NO se trata de eliminar los pensamientos intrusivos, pero si cambiar la actitud hacía ellos. Cuando se experimentan las personas suelen intentar suprimirlos, evitarlos, buscar tranqulización o hacer conductas para que el pensamiento no suceda (lo que pasa en el TOC). Pero se ha demostrado que la supresión de pensamientos no funciona.

Debemos entender que los pensamientos negativos no son algo de lo que hay que protegerse para que no ocurran las consecuencias negativas que creemos que tienen.

Son pensamientos que tienen todas las personas y no tienen por qué tener consecuencias negativas realmente son irrelevantes.

Realmente no es la intrusión la qué causa el malestar sino la interpretación que se da a esa intrusión. Hay que conseguir diferenciar y tener claro que tener un pensamiento negativo, no significa que sea real.

El primer paso es aceptar los pensamientos y no resistirte a ellos. Para esto puedes utilizar diferentes herramientas, por ejemplo:

  • Cada vez que tengas un pensamiento negativo o una obsesión te repites a ti misma/o: Con el objetivo de liberarme de estos pensamientos estoy dispuesto/a a aceptarlos. Es bueno para mí tener este pensamiento en este momento.
  • También puedes cantar la obsesión.
  • Incluso puedes posponerlo: Un tiempo de 30 minutos, al que llamamos el "período de preocupación", deja todo lo que te preocupa para ese momento y así puedes aliviar tu mente el resto del tiempo.
  • Las autoinstrucciones positivas. Este pensamiento no es más que un pensamiento. Yo soy más que este pensamiento. Los pensamientos negativos lo sufrimos todas las personas.
  • Distracción enfocada: Es aquella tendencia natural cuando intentas desconectar tu mente, es decir, tratas de pensar en algo más para distraerte. Cuando la mente deambula buscando nuevas cosas en que enfocarse, en una de esas, te deja en paz.
  • Reducir el estrés: El estrés hace que los pensamientos indeseados vuelvan con más fuerza
  • Registro de pensamientos

Es la forma en que nos fusionamos con los pensamientos indeseados, lo que nos genera malestar, porque creemos que somos esos pensamientos, no somos capaces de verlos de una manera contemplativa. Por eso, los vemos como algo muy importante que requiere toda nuestra atención. Y los solemos considerar como verdades absolutas, por eso se convierten en una especie de amenaza. Y es así como nos enganchamos más a ellos, utilizando estrategias poco adecuadas para librarnos de ellos.

Estos pensamientos tienen un impacto emocional, provocan emociones muy fuertes.